En el futuro incierto, me apetece las tardes contigo.

Quiero ser tan ligera contigo, no creo que esto sea un flechazo de cupido, se siente más cómo disfrutar mi comida favorita, comer con calma para disfrutar, tampoco creo que seas el amor de mi vida, sin tanto rollo, yo creo que el amor de nuestra vida somos nosotros mismos, amores hay tantos que nadie puede asegurar que eres tú quien viene a tomarse el para siempre en serio, no te ofendas, está es la realidad y es bonita, de todo y todos aprendemos.

Tengo una familia apachadora, un trabajo que me gusta, una ciudad por descubrir, cafés en esquinas que me fascinan. Tengo unas amigas increíbles, raras, sí, pero espectaculares. Y por ello, mi felicidad no depende de ti, ni es algo que deba preocuparte. Porque me haces muy feliz, y con eso sobra. Créeme.

El tiempo contigo me complementa. Al salir a cenar, el cine, los viajes, los planes, los cafés o cuando decidimos no hacer absolutamente nada, ese tiempo también me complementa. Pero no pasaría todo el tiempo del mundo contigo. Hay momentos que tengo que vivir sola, y hay muchos otros que tengo que compartir con otras personas. Y sólo el hecho de que lo entiendas me anima a contarte todas mis experiencias con detalles, como si hubieras estado allí.

Y entonces dirás, entonces para qué todo esto. Si puedes vivir sin mí, si no soy el amor de tu vida. Y entonces aquí con quiero que sepas, que a pesar de todo hoy, de momento, puedo decir que me gustaría pasar el resto de mi vida contigo. Repito, de momento, si no sé qué voy a hacer mañana desde luego no puedo prometerte una eternidad. Pero me atrevo a decirte con toda convicción que no me importaría levantarme a tu lado cada mañana. Que no tengo problema en darte todas las buenas noches que necesites. Y que no quiero dárselas a nadie más que no seas tú.

Que no tienes pinta de príncipe azul, y no tengo ningún interés en que trepes hasta mi balcón (Que ni tengo). Vamos, es un cuarto, tú verás. Ese amor sólo vale para cuentos de hadas pasados de moda y una que otra película romántica que seguro sabes que las amo, pero no es lo que quiero, quiero que vivamos el aquí y el ahora. Quiero que cada día acabe con un «continuará». Que nos deje ansiosos por vivir el siguiente capítulo, pero que tú no seas el protagonista, que lo seamos los dos, que aquí no haya cabida al ego.

Y dejarte claro que esto no implica que haya que perder la magia o todo lo bonito que es estar contigo. Que no vayamos a tener detalles inesperados el uno con el otro, de esos que nos desesperan y nos dejan sin habla. Que no podamos escribirnos una carta de amor. No implica que puedas comer del otro lado de mi espagueti. Aunque prefiero que te pidas tu propio plato, a veces me desespera que toquen mi comida, pero podría hacer excepción.

Simplemente, lo que quiero que sepas, es que esta soy yo. El tipo de mujer que te vendieron en las películas no tiene cabida en mí. Que no sé hacer lasaña, no todas las comidas me quedan bien y soy un rollo haciendo postres, y no voy a renunciar a mi vida por ti. No voy a soportar celos desmedidos ni acatar normas, aquí ya no vamos a perder tiempo. Que jamás permitiré que nadie me diga qué debo hacer y quién debo ser, aunque eso pudiera hacerte más feliz, aquí no cabe y es mutuo. Que no haría cualquier cosa por ti, pero sí estaría dispuesta a hacer mucho más de lo que me podía haber imaginado para verte bien y feliz. Que tengo gustos, aficiones y una larga lista de imperfecciones, y puedes vivir con ellas o puedes vivir sin mí. Y espero, que seas quien creo que eres para afrontarlas.

Porque yo, desde luego, puedo vivir sin ti, pero no se me apetecen las tardes lejos de tus brazos.