La mujer que vi al espejo.
- issa fernanda toledo pineda
- 27 abr 2020
- 2 Min. de lectura
He sido como muchas mujeres, hija, hermana, alumna, buena amiga para algunos, mala para otros, novia, exnovia, esposa, exesposa, mamá, empleada, desempleada, todos estos títulos y muchos más que cualquiera de ustedes o yo nos ponemos felices y con la única meta en la cabeza de dar lo mejor de nosotras mismas.
Pero hoy me vino una pregunta a la cabeza, y por primera vez hice una pausa para repetirla en voz alta, ¿A quién hay que darle lo mejor de nosotras mismas? A nuestros padres, a nuestros hermanos y hermanas, a nuestros maestros, a nuestros amigos, a nuestros novios, exnovios, esposos, exesposos y por supuesto a nuestros hijos? Hubo un silencio total y la respuesta se convirtió en un viaje a lo que he sido y a lo que he hecho durante todo este tiempo. Voy a responderla hasta haberlo logrado, darme lo mejor de mí.
Y me digo:
- ¡No puedes fallar!
- ¡No has sudado lo suficiente!
- ¡No puedes enfermarte!
- ¡Tienes que empujar.
- ¡Tienes que cumplir!
- ¡Tienes que!
- ¡Debes de!
Volteo y veo a mi mamá con su estabilidad, y a mi papá que está lejos, y veo a mi exesposo que tiene una vida propia al igual que mi hija a la que a veces veo dormida cuando yo despierto, y está despierta cuando yo duermo.
Y es natural ¡eh!, cada uno se ha encargado de tener su propia vida, única y maravillosa función, es decir, su propia vida como les dije.
Hoy estoy yo sola, parada frente al espejo, poniendo pausa en mi vida y reconociéndome por mi propio nombre, sin títulos ya!, y esta es la voz que he decidido escuchar, la que me quiere, la que me cuida, la que me ha mantenido con ganas durante todo este tiempo y la que me dice:
- ¿Sabes? ¡Lo has hecho bien! Y mereces ser feliz, sin culpas, sin sudar, sin creer que fallas.
Y así, sin que nadie tenga que aplaudirme parada sola frente a mí me estoy dando un aplauso.
Y me agradezco el permitirme seguir, para crecer y florecer. Y me agradezco el verme al espejo y gustarme.

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